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—No en la mesa, por favor...
—Pero si espero hasta más tarde no va a ser tan satisfactorio.
—Mi amor, tenemos un invitado.
—...Está bien.
A regañadientes, Bekka liberó a Erica de la dramática llave que tenía alrededor de su cuello y le permitió seguir respirando.
Erica se frotó el cuello mientras el moretón desaparecía rápidamente, y le lanzó a Abadón un guiño provocativo junto con un susurrado gracias.
Por supuesto, él pretendió no verlo para que no hubiera más riesgo de que Bekka le metiera una taza de té por la tráquea.
—Se ha vuelto mucho más agresiva últimamente...
Abadón estaba agradecido de ser tan fuerte como era, porque si no lo fuera estaba 995% seguro de que Erica intentaría tomarlo por la fuerza.
Pensó en un juego que podría haber ayudado a romper su fascinación por él, y sonrió maliciosamente mientras lo ponía en marcha.
Sorbiendo su té lo más normal posible, cambió despreocupadamente a su apariencia humana y esperó a que ella lo notara.