—Dios... ¿qué es este lugar?
—¿Este será nuestro hogar?
—¿Qué pasará con Dola?
Abadón había esperado algunas preguntas de su gente ya que este lugar aún era nuevo y extraño para ellos.
—Como estamos ahora, no podemos quedarnos más en Dola. El poder que atraviesa sus cuerpos es demasiado para ese lugar, y nuestra presencia prolongada allí desgarraría el tejido de ese mundo. Pero aquí... pueden crecer de maneras que ni siquiera podrían imaginar. Les enseñaré a moldearse aquí, convirtiéndoles no solo en dragones verdaderos sino en dragones espirituales verdaderos. El potencial que tienen delante es diferente a cualquier cosa que podrían haber logrado allí —dijo Abadón.
—¿Dragones espirituales? —preguntó uno.
Antes de que Abadón pudiera explicar, figuras empezaron a dispararse a través de las nubes debajo de sus pies.