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Lucifer observó la tormenta de relámpagos caer hacia él con una expresión aparentemente permanente de indiferencia.
Permaneció tan inmóvil como una estatua de piedra y permitió que el poderoso ataque lo cubriera sin molestarse en esconderse.
¡¡BOOOOOMMMMM!!
Abadón inclinó sus cuatro cabezas sorprendido al ver que Lucifer no hacía ningún movimiento para evitar su ataque y en cambio lo recibió de lleno.
—No parecía preocupado en lo más mínimo por resultar herido... ¿Esto está relacionado con su pecado o simplemente me considera tan inferior a él?
Su conocimiento sobre el pecado del orgullo era, admitidamente, muy escaso.
Y no era solo él, nadie parecía saber realmente qué hacía el pecado del orgullo o por qué Lucifer era tan poderoso.
La mayoría simplemente atribuía su fuerza al hecho de que era el único demonio en existencia capaz de sostener el elemento de la luz.