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—¿Qué hace un hombre después de convertirse en el rey indiscutido de toda una raza?
—¿Se dedica a los asuntos empresariales?
—¿Se alimenta de los cuerpos de hermosas mujeres?
—¿O tal vez se sienta a una opulenta fiesta con su familia y otros nobles?
Para Abadón, la respuesta no era nada tan molesto y complicado.
Después de que su coronación terminara, el dragón recién evolucionado secuestró a todas sus esposas para un muy necesario tiempo a solas.
Actualmente, Abadón y todas sus esposas estaban en una playa privada disfrutando de su versión de una cita en el cine.
Conectando todas sus mentes y reproduciendo viejos recuerdos, el dragón fue capaz de darles a estas mujeres una experiencia cinematográfica improvisada.
Por las últimas horas, no habían hecho otra cosa más que acostarse de espaldas y permitir que sus mentes fueran expandidas por la gloria de las películas modernas.
—Cariño, ¿cómo se llama esta otra vez?