—Entra, padre —dijo Elora mientras intentaba empujar a Evan hacia la piscina de esencia de sangre.
Evan miró a Elora con una expresión vacía en su rostro y giró su cabeza hacia la piscina.
Al sentir la vasta cantidad de energía dentro de la piscina, sintió una sensación de hormigueo por todo su cuerpo.
«Definitivamente explotaré si entro en esta piscina de sangre...», pensó mientras tragaba saliva y miraba a Elora, quien ponía morritos porque no podía empujarlo hacia dentro.
—¿Por qué quieres que entre en esta piscina, Elora? —preguntó con la boca retorcida ya que no entendía por qué su querida hija quería lanzarlo dentro de ese reactor nuclear.
—Solo entra, padre. Te sentirás muy bien —dijo Elora mostrando una expresión de dicha.
«¿Está tratando de tentarme?», Evan se quedó sin palabras al ver la expresión dichosa de Elora que parecía un diablo queriendo tentar a un tonto ignorante.
