—Madre, ¿qué estás diciendo? ¿No tenemos que enviar a nuestros hombres al Campo de Batalla? —preguntó Ymer con expresión de sorpresa.
—Sí, solo nosotros iremos al Campo de Batalla con algunos generales y generales de Élite —dijo Marlena.
—Pero, Madre... ¿Cómo vamos a luchar contra un ejército tan grande solos? —preguntó Oyin con expresión confundida.
—Escucha lo que estoy diciendo —Marlena habló con expresión seria.
Kolis ya sabía por qué su madre estaba actuando así.
«Estas son órdenes del Maestro, puedo decirlo solo con ver su rostro», pensó Kolis con expresión comprensiva.
—Como tú digas, madre —los tres hablaron al unísono mientras salían de la habitación.
Tan pronto como todos salieron de la habitación, el rostro de Marlena se cubrió con una expresión tensa.
«¿Qué pasará después? ¿Perecerá este reino o será salvado por el Maestro? Espera, ¿dónde está el Maestro?», pensó Marlena.
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