El Rey Eterno convocó a los Supervisores, sus tenientes más confiables y poderosos. Cada uno de ellos era maestro de un cierto Hechizo que él necesitaba para hacer funcionar su plan.
—Supervisores... —habló con su voz que resonaba por el salón.
De repente, varias figuras aparecieron inmediatamente. Su apariencia era borrosa ya que realmente no estaban dentro del Palacio. Lo que el Rey Eterno estaba viendo eran meramente sus clones que habían dejado en este lugar.
—Hemos confirmado la presencia del poder de la Extracción Divina del Paragón en el Reino Humano. Este poder representa una amenaza significativa para el equilibrio de nuestros reinos. Debemos actuar rápidamente y con decisión.
Los Supervisores escuchaban atentamente. Sus expresiones no se podían ver, pero todos estaban impactados y tomaban todo seriamente. Conocían la gravedad de la situación y las posibles consecuencias de sus acciones.