Durante este tiempo, el Avatar transfirió toda la información sobre su larga travesía a Vale... Esto ocurrió casi en un instante pero este proceso no se realizó a través de algún hechizo. Era solo una habilidad natural de los Avatares hecha de una parte de su alma y divinidad.
—Increíble... —murmuró Vale para sí mismo después de aprender qué había ocurrido en su viaje y después de darse cuenta de cuánto tiempo habían pasado dentro del Reino Prisión Celestial.
Por supuesto, también se sorprendió por el Vaso Perfecto que habían encontrado, incluyendo a los nuevos residentes de este reino que habían reclutado.
Desafortunadamente, el pasaje que la Llave Dorada podía crear era demasiado pequeño para estos nuevos residentes para viajar dimensionalmente... Aún tienen que crear una entrada adecuada que les ayudaría a aliviar la carga de transportar personas.
