Actuando con rapidez, alertó de inmediato a Magnus, Chad y Lisa de que podría ser inminente una confrontación y que podría requerir su asistencia para proteger a los ciudadanos de cualquier daño potencial.
Con esta medida de precaución en su lugar, Vale se dirigió al sospechoso Santo Demonio manteniéndose completamente alerta.
—¿Son tuyos? Esos objetos parecían siniestros... Me pregunto, ¿por qué te molestarías en distribuir esos objetos malditos si tienes el poder para crear caos sin ellos? —preguntó Vale, adoptando un tono compuesto pero inquisitivo mientras buscaba entablar diálogo con el enigmático visitante.
Quería saber más sobre sus planes y también sobre los propios Santos Demonios.
—¿Están tan seguros de que nadie puede hacerles daño? —pensó Vale mientras se preparaba para luchar.