A medida que los dos líderes de escuadra llegaron a las puertas de la Academia Vermont, sus ojos se abrieron de asombro y preocupación.
Ante ellos, un grupo de Arcanistas flotantes se cernía de forma ominosa en el aire, con un número que alcanzaba los estremecedores trescientos o incluso más. La vista era profundamente inquietante, mientras los líderes de escuadra se daban cuenta de la magnitud de la amenaza a la que se enfrentaban.
Pero el peligro se extendía mucho más allá de los terrenos de la Academia. Al dirigir la vista hacia la ciudad y el astillero, los líderes de escuadra se encontraron con una visión horrorosa. Las fuerzas enemigas habían lanzado un ataque coordinado, con más de mil adversarios convergiendo en las áreas vulnerables.