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Mientras la mayoría del pueblo estaba ocupada chequeando o instalándose en nuevos apartamentos, ella aprovechó la oportunidad para reunirse con su guardián y salir por las puertas de la ciudad, luego volar hacia el borde del bosque donde tenían guardado el más pequeño de sus aviones.
Había estado postergando el regreso a la ciudad hasta que tuvieran menos que hacer en casa, pero ahora era el momento.
Llegar de noche sería más complicado que encontrar la Academia durante el día, pero como una bruja de Rango Tres, tenía algunas ventajas. Conocía la sensación del bosque alrededor de la Academia y había volado allí antes. Por lo tanto, podría seguir la brújula y la sensación de familiaridad de regreso al complejo y aterrizar y esconder el avión antes de que alguien la viera llegar.