Wolfe observó el kimono que Kira había traído consigo cuando vino a buscarlo. Era una hermosa pila de tela, negra con flores de sakura y una capa interna rosa. Eso le daba más que suficiente espacio para trabajar, ya que la moda era básicamente dos vestidos superpuestos uno sobre el otro.
A diferencia de muchas de las prendas más escasas, donde Wolfe tendría que preocuparse de que las inscripciones interfirieran entre sí, esta le daba todo el espacio que pudiera necesitar para trabajar.
—Con tanto espacio para trabajar, puedo hacerlo exactamente como estaba en el cristal de memoria. Ya sabemos que esa configuración funciona, y luego puedo añadir los hechizos extra al final para que tengas todo lo que necesitas disponible —informó Wolfe después de verificar que el vestido era adecuado.