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No necesitaron mucho tiempo para presentar los nuevos llegados a sus amigables vecinos de orejas animales. El bote que llegó con un cargamento de suministros para la estación de comercio, destinado al próximo grupo del Conventículo Myrrh que pasara a recoger sus pedidos, estaba uno de la gente tejón, con la cara completamente peluda y sus orejas claramente visibles.
La túnica marrón y los pantalones cargo verdes eran bastante normales para el área y se mezclaban bien, pero los pies peludos y descalzos delataban el hecho de que había muy poco de humano en el hombre aparte de su estatura bípeda.
—Oh, tenemos invitados. Bienvenido a casa, Señor Wolfe. ¿Trajiste algunos nuevos aliados para comerciar con nosotros? —preguntó el barquero.
