Con un plan básico formado, Wolfe fue a buscar a Cassie, ella y los sirvientes. Ellos podrían construir la cabaña real para él y hacerla lo más robusta posible en caso de ataque, aunque tendría que parecer desvencijada y deteriorada por fuera.
Mejoraría un poco el aspecto del interior para que sus amigos no pensaran que eran no bienvenidos en la Guarida y para que una de las brujas que tuviera magia de curación decente pudiera sentarse allí todo el día y ayudar a quien lo necesitara.
—¿Cuál es el plan para hoy? —preguntó Cassie al entrar en la habitación con Ella justo detrás de ella.
—Tengo un plan para hacer una especie de tienda. Quiero mejorar la entrada a la Guarida con un pequeño edificio, como se supone que las brujas nómadas han hecho por todo lugar en los territorios del aquelarre. ¿Sabes a cuáles me refiero? —preguntó.