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Una vez que encontraron un buen escondite a trescientos metros del lado oeste del cortejo, Wolfe comenzó a hacer preparativos. Realmente no había mucho que se pudiera hacer para mejorar sus probabilidades de éxito. Solo necesitaba causar confusión.
Entonces, esperó hasta que el convoy estuvo a la mitad de su camino y él y su compañero peludo estaban cerca, luego descargó un cargador completo en automático, agotando la mayor parte de su reserva de maná e iniciando explosiones de [Bola de Fuego] a lo largo de sus filas.
La unidad se convirtió en una pesadilla de llamas cuando el camión cisterna de combustible recibió un impacto directo, junto con un camión de municiones. Explosiones sacudieron el campamento a medida que las municiones se consumían, enviando a todos a buscar cobertura inexistente, mientras Wolfe recargaba y luego apuntaba a cualquier cosa que pareciera importante con disparos individuales.
