—Está bien. Entonces me quedaré aquí un rato —dijo y se sentó. Durante los siguientes minutos, calmó su cuerpo e intentó recuperar el aura que había gastado. Sin embargo, por alguna razón, el aura que había gastado no regresaba. Parecía que el templo estaba bloqueando que eso sucediera.
—¿Por qué no puedo recuperar mi aura? —le preguntó a ella.
—Oh, yo me refería a recuperar tu energía. El aura gastada no regresa en el templo. La única manera de superar ese inconveniente sería usar píldoras o tesoros, pero creo que gasté todos los tuyos —dijo ella.
Se tumbó en el suelo con expresión de decepción. No esperaba realmente tener tiempo para recuperar su aura, así que había sido muy conservador con ella, pero ella le había dado esperanza. Ahora que sabía que no podía recuperarla, no sabía qué más hacer.
Suspiró mientras se levantaba. —Está bien, entonces no tiene sentido que pierda mi tiempo aquí. Mejor sigo adelante con las baldosas —dijo.