Archer contempló cómo el hombre intentaba hablarle a Maeve con una sonrisa, pero ella respondía educadamente mientras parecía desinteresada. Desvió su atención hacia su prometido, que tenía un abundante cabello castaño y ojos azules. Era robusto, pero parecía un simplón, lo cual lo confundía.
Se acercó a la chica guerrera de cabello naranja, pasó su brazo alrededor de su cintura y la atrajo hacia sí, provocando que las tres personas le lanzaran miradas asesinas. Archer notó a un hombre que medía siete pies de altura mirándolo con ira creciente en sus ojos grises.
Suponiendo que este hombre era el Rey de Avaloch y el padre de Maeve, Archer sabía que su odio hacia él solo crecería y que, en el futuro, llevaría a un conflicto sangriento. Pronto se dio cuenta de que nunca aceptaría su unión, un pensamiento que le resultaba muy divertido.