Yevdokiya asintió ya que tenía sentido antes de hablar. —Supongo que los llevaré al Bosque de la Niebla Negra, ¿y a otros lugares?
Anatolí sonrió. —Exactamente. Así, podemos tener a cinco poderosos héroes para combatir la amenaza si nos desafía.
—¿Amenaza? —Sus cejas se fruncieron confundidas.
—Sí, el dragón blanco Arquero Corazón Salvaje. El bandido robó las riquezas de la iglesia y causó muchos problemas para el Papa, pero no tendremos que tratar con él hasta que comience el Torneo de Magia Celestial. Eso es algo bueno.
Yevdokiya estuvo de acuerdo. —De acuerdo, Padre. Haré lo mejor que pueda para hacer a los cinco más fuertes.
Después de hablar, regresó con los héroes, ansiosa por echar un buen vistazo a ellos y evaluar con quién estaría tratando. Yevdokiya entró en la cabaña donde estaban y comenzó a examinarlos.