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—No —respondió Archer con una sonrisa burlona—. Me esforzaría por verte, señorita Posadera.
Mary soltó una risita antes de hacer una pregunta —¿Y si no soy quien parezco ser?
La miró directamente a sus ojos azules y no sintió ninguna amenaza proveniente de la misteriosa mujer. Así que preguntó —Supongo que trabajas para alguna diosa que tiene influencia en los designios del mundo?
La mujer madura soltó una suave carcajada mientras se levantaba de su asiento, paseando tranquilamente alrededor del escritorio antes de inclinarse junto a él y hablar —Vas por la mitad, guapo —Mary se inclinó y levantó la barbilla de él con un dedo—. Permíteme darte una vislumbre de un futuro que a ambos nos encantará.
Ella sonrió radiante —Solo tienes que elegir el camino correcto.
