Archer y Aeris encontraron un camino para viajar, pero parecía descuidado. Cuando se adentraron en él, la chica de cabello negro habló —Estamos a unos días de la frontera Avaloniana, pero si viajamos a las Montañas Pico Sombrío, nos llevará una semana o más volver caminando.
Él sonrió antes de responder —Puedo volarnos una vez curado. He intentado usar mis alas, pero pone demasiada presión en mis heridas, y empiezan a sangrar de nuevo.
—No te esforces demasiado. No te rescaté sólo para que te hirieras más —respondió Aeris mientras se encontraban con un gran edificio abandonado.
Cuando los dos se acercaron, Archer olió el olor a muerte que persistía en el aire, lo que le hizo preparar un hechizo mientras se acercaban al edificio. Entró y se detuvo en un charco de sangre seca.