—La cena está lista, Arch. Vamos.
—Gracias, Llyn —respondió con una sonrisa mientras se levantaba y estiraba la espalda, provocando que se escucharan algunos chasquidos.
Llyniel rió antes de tomar su mano y guiarlo a la mesa donde todos estaban reunidos. A medida que se acercaba, todas las chicas se volvían hacia él, sus rostros iluminándose con sonrisas.
Todos se levantaron de sus asientos excepto los cuatro invitados, que permanecieron sentados. Antes de que él ocupara su lugar, lo recibieron con besos llenos de amor. Entre ellas, Maeve, Eveline, Aeris y Aurelia le sonreían cálidamente.
Cuando Archer vio la comida, se le abrieron los ojos. La mesa estaba repleta de comida abundante tanto como alcanzaba la vista. Había platos de suculentos asados brillando con jugos y tazones rebosantes de vegetales coloridos, cada uno más tentador que el anterior.