```
Archer vio un pequeño ejército de caballeros delante de los cuerpos de los guardias. La armadura del enemigo caído difería de la de los soldados que rodeaban a Sia y Shiva. Al mirar a la chica gato, la vista le provocó un dolor profundo y visceral.
De repente, la escena cambió a otro campo de batalla, donde bestias voladoras escarbaban los restos. Una vasta extensión de armadura plateada brillaba bajo la luz del sol.
Sin embargo, la mirada de Archer se posó en una visión trágica. Un colosal dragón rojo que reconoció al instante y añadió a su pesar, su cuerpo atravesado por enormes virotes rodeados de innumerables soldados, yacía carbonizado hasta quedar negro.
—Será —susurró para sí mismo.
Archer miró el cuerpo desgastado de la chica dragón, con garras rotas y una cola magullada, lo cual era desgarrador. Los virotes, penetrando a través de las escamas que antes la protegían, destacaban la gravedad de su lucha.