Archer y las cuatro chicas se encontraban ante un gran pantano que invadía el bosque, lo cual las desconcertó. Zarina fue la primera en comentar.
—Esto no debería estar aquí. Los pantanos están en el sur, no en el norte.
Nala estuvo de acuerdo con un movimiento de cabeza antes de que Archer hablara.
—Algo ha cambiado aquí. El maná se siente salvaje y caótico.
Al terminar de hablar, su Detector de Aura pitó justo cuando algo explotó fuera del agua, haciendo que las chicas dieran un salto hacia atrás, pero Archer sonrió y convocó sus garras.
Con un rápido barrido, decapitó a la bestia que se lanzaba mientras esquivaba el ataque. Cayó al suelo con un fuerte golpe, levantando polvo por todas partes.
Una vez que se asentó, las demás se unieron a él con expresiones curiosas. Talila fue la primera en preguntar mientras sacaba su arco.
—Esa cosa apareció de la nada.
Los demás estuvieron de acuerdo, pero Archer negó con la cabeza y explicó.