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Archer entró en el salón y cerró los ojos para examinar la casa del árbol y averiguar dónde estaba cada chica. La mayoría de ellas estaban en sus habitaciones, dormidas profundamente mientras la nieve golpeaba el techo, produciendo un ruido relajante que las calmaba.
Pero una persona estaba despierta y estaba sentada en su balcón, y era una de las Brujas de Batalla con la que no había hablado: Valencia. Se preguntó qué estaría haciendo allí afuera durante una tormenta y se dirigió a su habitación.
Cuando llegó a su puerta, entró y sintió el aire frío golpear su piel. Archer tembló, pero continuó mientras lanzaba Manipulación de Maná para crear aire caliente a su alrededor. Pisó el balcón y la bruja de pelo negro giró sus ojos violetas hacia él.
Valencia bufó antes de volver a admirar el paisaje. Habló con un acento similar pero diferente al de las otras brujas. —¿Qué quieres, Archer? ¿No sabes que entrar en la habitación de una dama por la noche es inapropiado? —preguntó.
