Archer escuchó los sonidos de criaturas exóticas resonando a través de los árboles. Su viaje tomó un giro inesperado cuando muchas bestias de la jungla los confrontaron.
Nunca listo para un desafío, Archer enfrentó a las bestias con emoción. Usó sus garras, cola y alas con habilidad.
En medio del caos, Archer capturó algunas criaturas, cada una poseyendo rasgos únicos y extraordinarios.
Con una combinación de fuerza bruta y delicadeza, demostró su destreza en domesticar a los salvajes habitantes de la jungla.
Mientras Archer enfrentaba a las bestias en combate cuerpo a cuerpo, Halime se concentró en usar sus habilidades únicas para inclinar la balanza a su favor.
Con un movimiento de su mano, zarcillos de niebla venenosa emanaron de sus dedos, tejiéndose por el aire como serpientes etéreas.
La niebla tóxica envolvió a las bestias que se acercaban, haciendo que se encogieran y retorcieran mientras el potente veneno surtía efecto.