Archer sentía curiosidad, así que la siguió adentro, preguntándose qué había cautivado el interés del elfo.
La encontró mirando dentro de un cofre, sumida en sus pensamientos y murmurando para sí misma. Hemera sostenía una brillante gema amarilla, cuyo resplandor radiante capturaba su fascinación.
Hemera se volvió hacia él con los ojos brillantes mientras hablaba emocionada. —¡Cariño! ¿Cómo conseguiste estas? ¿Por qué tienes tantas?
Ella lucía tan emocionada que Archer no sabía qué hacer, así que preguntó. —¿Qué son?
—¿Nunca has oído hablar de una Gema de Fuego Solar? —ella preguntó confundida.
Archer frunció el ceño, una expresión curiosa cruzó su rostro. —No puedo decir que sí. ¿Qué es?