Archer miró a la chica león y comenzó a reír, pero pronto se calmó. —Sí, aún no me he apareado con ella. ¿Por qué preguntas?
—Porque quiero aparearme contigo, pero no quiero estar en tu harén —comentó Nala como si estuviera pidiendo algo normal.
Él la miró y negó con la cabeza. —No voy a tener sexo con chicas al azar. Si fueras mía, entonces sí, pero acabamos de conocernos.
Archer dejó de hablar cuando el camarero sacó un gran carrito lleno hasta el borde de todo tipo de comida.
El joven colocó tanto como pudo en la mesa antes de irse. Nala miró toda la comida como un niño emocionado en Navidad.
Pero sacudió la cabeza y habló. —¿Por qué? Solo es sexo. Estoy segura de que a las chicas no les importaría.
Archer la miró. —No soy de los que se acuestan con cualquiera. Si estás interesada en estar conmigo, primero nos conoceremos.
Agarró un plato y comenzó a comer algo de pan antes de continuar. —Pero si te veo con otro hombre, se acabó y perdiste tu oportunidad conmigo.