Archer se zambulló con avidez, sus salvajes lamidas le hicieron dar grititos que pronto se transformaron en gemidos de placer.
—Mmmmmghhhnnn! —¡Anngghh!.
Estaba usando su lengua para hacerle cosquillas en el clítoris, lo cual la hizo temblar aún más de lo que ya estaba.
Archer lamió cada centímetro de ella mientras deslizaba un dedo en su apretada cueva, al instante sintió su humedad.
Su ataque la tomó por sorpresa mientras ella agarraba sus cuernos de nuevo y empujaba su cabeza hacia su coño mientras gemía.
—¡Ummmghnn!! —Archer. Eso es increíble—. Hécate dijo con voz aturdida, ya que no podía concentrarse bajo sus continuos ataques.
Sentía algo creciendo dentro de ella mientras su dedo entraba más profundo y rápido, Archer chupó su clítoris haciéndola gritar.
—¡Ahhhhh!.
Todo el cuerpo de Hécate tembló y una ola de jugos se derramó en su boca, los cuales él tragó felizmente.
Archer no saboreó nada pero le encantó de todas formas y la lamió un poco más antes de sentarse.