Gracias al entrenamiento de Teuila, pudo seguir el ritmo del comandante de caballería. Mientras Archer luchaba, las chicas tenían sus propias batallas.
Teuila, Hécate, Talía y Xante formaron una sólida defensa, unidas para proteger al grupo de chicas del avance de los caballeros.
Con sus armas firmemente empuñadas, se mantuvieron unidas, una fuerza poderosa y resuelta preparada para repeler cualquier peligro inminente.
Cuando los caballeros avanzaron con espadas en alto, Teuila tomó la delantera. Sus movimientos eran rápidos y precisos, cada golpe de su espada expertamente calculado.
Paraba y contraatacaba, desviando los ataques del enemigo con finura. La concentración de Teuila era inquebrantable, sus ojos fijos en sus oponentes mientras los mantenía a raya con habilidad.
A su lado, Hécate manejaba su lanza con gracia y poder. Sus movimientos eran una danza de mortal elegancia mientras golpeaba con precisión.