Meneando la cabeza mientras desestimaba su estado, Archer respondió:
—Bueno, gano un Punto de Estado cada vez que me como uno. Así que vale la pena por un tiempo más.
Teuila asintió entendiendo. Un rato más tarde, los pequeños Hombres de Piedra regresaron con trescientos corazones de Orcos y tesoro.
Archer los guardó y despidió a todos los Hombres de Piedra. Los dos continuaron su viaje mientras él la levantaba y empezaba a volar.
En su búsqueda del campamento de esclavos en la Arboleda de Talasa más al norte, escucharon la voz de Ella mientras volaban.
—Arch, estamos listos para unirnos a ti —dijo ella mientras él comenzaba a descender.
Curiosa, Teuila se preguntó qué estaba pasando, pero Archer explicó:
—Ella y Hemera están listas para unirse a nosotros.
Al aterrizar, se abrió un portal al dominio, y las dos se unieron al grupo, saludándolo con sonrisas y besos.
Ella miró a Archer mientras él comía un corazón, levantando una ceja preguntó: