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Los wyverns luchaban contra los gigantes, pero el implacable asalto de hechizos misteriosos los hacía retroceder.
Con hechizos continuos impactando a los gigantes, los wyverns obtuvieron la ventaja y se abalanzaron sobre el gigante.
Archer ordenó a Drakon arrastrar los cuerpos de los gigantes derrotados de vuelta al nido.
Los wyverns tomaron los pedazos y volaron a través del portal que Archer había abierto. Al entrar el último wyvern, Sera apareció junto a él en su forma de dragón.
Notando que ella estaba cansada, pero Archer sabía que no podían descansar al oír más estruendo acercándose y avistar a un gigante mucho más grande corriendo hacia ellos entre los árboles.
Se alejó de Sera y soltó un rugido ensordecedor hacia el gigante que venía, desató una corriente de fuego violeta, colisionando con el gigante que cargaba.
Archer luego se lanzó hacia adelante, chocando contra el gigante, y empezó a atacar con sus fieras garras y dientes.
