—Amkhu, ¿qué está pasando? —preguntó Hatshepsut acercándose a su esposo, colocando su mano en su hombro y mirándolo a los ojos.
Él tomó una profunda respiración, su voz cargada de tristeza mientras revelaba la dura verdad.
—Ramsés está atrapado en la ciudad de Menfis al norte después de perder una batalla en La Cuenca de Sekhmet. Los soldados de Luxor y Nubia los persiguieron implacablemente hasta la ciudad, matando a cualquier Zeniano que atrapaban. Tras llegar a la ciudad, el enemigo la sitiaron, y está a punto de caer, según el informe.
Un suspiro escapó de los labios de Hatshepsut, sus ojos se abrieron enormemente con terror. El pánico se apoderó de su corazón al darse cuenta del inminente peligro que amenazaba a su primogénito.
Instintivamente, se giró hacia Archer, la única persona que ella creía poseía la fuerza y habilidades para ayudarles en esta hora desesperada.