Sera posó su mirada en Archer, quien la encontró con una mirada tierna mientras las lágrimas cascaban por su rostro.
Cuando él vio lo afectada que estaba la agarró y la envolvió en un abrazo reconfortante.
Con una voz llena de amor, habló —Me disculpo por las adversidades que has sufrido, Sera. Pero ahora, estás aquí, y nunca te abandonaré como lo hizo tu familia.
Una sonrisa adornó sus labios cuando Sera se dio cuenta de que finalmente había descubierto a su chico, aquel que nunca la abandonaría.
El tiempo que habían pasado juntos mientras ella estaba en su forma de dragón ocupaba un lugar preciado en su corazón, formando algunos de sus recuerdos más queridos.
Yacían allí, hablando durante un par de horas hasta que el sol salió, lanzando su luz radiante a través de las ventanas de la tienda.
Al levantarse, él usó Limpiar en ambos y en ese momento, se dio cuenta de que Sera estaba frente a él completamente desnuda.