—Niña, lamento profundamente tu situación. Aunque no puedo intervenir directamente debido a las limitaciones de ciertas reglas, pronto mi campeón llegará a este mundo. Aylla, necesito que le ayudes —dijo la mujer con una voz calmada.
—¿Ayudar a tu campeón? ¿Quién es él? —murmuró Sera, perpleja.
—Tú y tu madre son descendientes de una rara línea de sangre de dragón, se creía que habían perecido durante la última Guerra Dragón-Humana. Para mi asombro, una sobreviviente escapó de la matanza —asintió la mujer, afirmando su comprensión.
—Tienes un notable parecido con ella. Tu antepasada fue una de las esposas del último rey dragón, quien se dedicó a él de todo corazón a pesar de su indiferencia hacia ella —hizo una pausa por un momento, escudriñó a la chica que tenía delante antes de reanudar sus palabras.
—¿Quién eres tú? —preguntó Sera al instante, sus cejas se alzaron al escuchar las palabras de la mujer, encendiendo su curiosidad.