El público guardó silencio cuando el último grupo subió al escenario.
Contuvieron la respiración mientras June se paraba en el centro con una pequeña sonrisa. El público quería gritar, pero con un gesto de June—su dedo índice contra los labios—siguieron en silencio.
El escenario estaba bañado en un resplandor suave, la clase de luz que prometía un nuevo comienzo y posibilidades infinitas. Un suave tono rosa envolvía a los intérpretes, otorgando a la escena una atmósfera cálida y acogedora.
Las chicas estaban vestidas con atuendos adorables, casi como de colegiala—faldas a cuadros, calcetines hasta la rodilla y blusas blancas con cuellos estilo Peter Pan. Llevaban el cabello recogido en coletas pulcras con cintas brillantes que rebotaban con cada movimiento. June, con su camisa polo nítida y su bufanda marinera alegre, parecía la imagen de la juventud. Parecía un hermano mayor confiable para las jóvenes, lo que añadía aún más a su encanto.
