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El plan de Rain no fue bien recibido por el grupo. Su sugerencia de capturar a un miembro de la gente del mar como medio para iniciar negociaciones fue recibida con escepticismo. Manifestaron preocupaciones de que tal acción podría enfurecer al cautivo y provocar aún más a la gente del mar y a sus formidables monstruos marinos, escalando la ya precaria situación.
A pesar de estas reservas, el grupo se encontraba en una difícil posición con pocas alternativas. La urgencia de la situación les obligó a dar un paso audaz y perseguir las negociaciones a través de medios no convencionales. Entendían los riesgos involucrados, pero reconocían que la inacción solo prolongaría el conflicto, lo que potencialmente conduciría a consecuencias más graves.
