—Supongo que, dado que el dragón de fuego usó su fuerza vital para explotar, su odio también está afectando tus heridas —explicó Terra.
—¿Ese tipo de cosas es posible? —preguntó Rain—. Nunca había oído hablar de eso.
—Es muy posible, las maldiciones existen, y a lo largo de la historia, solo un puñado de personas han podido eliminarlas —explicó Terra—. Las emociones oscuras que uno siente cuando está a punto de morir pueden crear maldiciones, pero solo aquellos lo suficientemente poderosos pueden crear maldiciones que tengan efectos negativos duraderos.
En su esencia, la magia obtenía su poder del reino de los espíritus. Esta conexión entre la magia y los espíritus significaba que cuando un espíritu albergaba una intensa ira o resentimiento, tenía el potencial de tejer maldiciones y otros fenómenos místicos.
