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Al utilizar el poder del escudo solo por un breve momento, Rain evitó hábilmente que su influencia se filtrara en su mente. Era crucial que se mantuviera vigilante, considerando los posibles riesgos que podrían surgir si la entidad dentro del escudo intentaba manipularlo.
Rain reconocía que no podía permitirse ser complaciente, incluso si el ser misterioso elegía no influir en él directamente. Permaneciendo cauto y enfocado, continuó navegando la situación que rodeaba al escudo y su sospechoso ocupante.
