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Ahora, con solo una quinta parte de su mana restante, Rain tenía que pensar qué debía hacer... no tuvo mucho tiempo para eso ya que la bestia pronto se lanzó hacia él.
—Supongo que no queda otra... vamos a ver qué tan bien te va contra esto —pensó Rain.
Rain concentró su energía mágica en sus guardabrazos, canalizándola a través de sus brazos. Al hacerlo, un frío intenso comenzó a emanar de sus manos y una capa de escarcha empezó a formarse en los guardias. El hielo se hizo más y más grueso, transformando gradualmente los guardabrazos en apéndices colosales y helados que semejaban los brazos de un gigante de hielo.
