Alex fue dado de alta rápidamente del hospital después de que le suturaron las heridas. Nunca olvidaría las palabras que el médico le había dicho ese día.
—Debes tener un ángel guardián cuidándote, porque la hoja no tocó ningún músculo importante, nervio ni hueso en la mano. Deberías recuperarte completamente en unos meses.
En retrospectiva, detener una cuchilla con la palma de tu mano no era exactamente la idea más inteligente. Pero Alex se había movido antes de que su mente pudiera alcanzarlo. Así, se había lesionado de una manera temporalmente incapacitante, pero afortunadamente no permanente.