Alex despertó con la Reina de Corazones sentada encima de él. Había una expresión particularmente lujuriosa en el hermoso rostro de la mujer. Antes de que pudiera hacer un comentario, ella se inclinó y lo besó. Mientras simultáneamente introducía el grande y erecto miembro de Alex dentro de ella.
Después de entrelazar su lengua con la de él, la Reina de Corazones susurró algo en los oídos de Alex que él encontró muy excitante.
—No te preocupes, cariño, la jovencita que está a tu lado no despertará en un buen rato, así que divirtámonos, ¿de acuerdo? —susurró ella.
Alex sonrió al escuchar esto y se sentó, abrazando fuertemente a la Reina de Corazones mientras ella movía sus caderas hacia arriba y hacia abajo en su miembro. Gimiendo de placer tan fuerte que Alex estaba seguro de que Jazmín se despertaría.