Amahle vio que Alex estaba a punto de dejar el complejo. Naturalmente, era consciente del precio en la cabeza del hombre, y del peligro que representaba para él si se atrevía a permanecer fuera de estas seguras paredes por cualquier cosa que no fuera un asalto a la posición de un enemigo.
Así, en el momento en que Alex dio un paso hacia la puerta, ella intervino. Últimamente, su afecto por Alex no había aumentado, a pesar de múltiples momentos juntos, y la razón de esto era simple. Tenía órdenes de eliminar a Alex si de repente se volvía renegado. Y debido a esto, Amahle no quería acercarse a un objetivo potencial.
Pero cuando vio al hombre con una expresión seria en su guapo rostro mientras intentaba salir a hurtadillas del complejo de los Zetas, algo dentro de la belleza de ébano la obligó a intervenir. Así, apareció prácticamente de la nada, revelando el hecho de que había estado acechando al hombre durante cierto tiempo, mientras lo interrogaba acerca de sus intenciones.