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A pesar de que su celebración de 18 años estaba a meses de distancia, Isabella ya estaba trabajando arduamente eligiendo el vestido que usaría para impresionar a su luchador favorito.
Estaba comprando en línea buscando el mejor y más caro vestido que el dinero pudiera comprar, uno que ella creía que haría que el hombre se enamorara perdidamente de ella, sin darse cuenta de que a los hombres rara vez les importa un carajo un vestido o su precio, siempre y cuando se vea bien.
Ella podría comprar algún vestido barato de China de una marca que nadie había escuchado antes y siempre que estéticamente se vea bien para Alex, y prácticamente cualquier otro hombre en el planeta no tendría quejas.
