Alex nunca se había sentido tan despierto antes en su vida. Casi en un instante, la sensación de aturdimiento e intoxicación que estaba sufriendo desapareció, y en su lugar fue reemplazada por un estado de energía abrumadora. La cabeza de Alex se levantó mientras su cerebro escaneaba rápidamente su entorno, y al hacerlo, envió al sistema en un frenesí que identificó a Isabella de inmediato.
Sin embargo, antes de que Alex pudiera decir una palabra, Isabella sonrió y le habló.