Desde hace tiempo, había una periodista de MMA llamada Jessica Moore, que había puesto a Alex en su punto de mira. Se había obsesionado prácticamente con el hombre de forma negativa. Hasta el punto de indagar a fondo en su vida, específicamente su relación con las mujeres.
Definitivamente era lo que uno podría llamar una feminista. Una joven que recientemente se había graduado de la universidad con un título en periodismo. Al principio, nadie prestaba atención a sus canales de redes sociales ni a su podcast. Pero las repetidas controversias de Alex se habían convertido en su gran oportunidad.
Ella era la típica rubia tonta, bonita como una muñeca, pero completamente insípida y carente de cualquier pensamiento real. Lo único que realmente hacía era acusar a Alex de palabras de moda que a menudo eran empleadas por las mismas personas que la habían adoctrinado para creer en una ideología destructiva y suicida.