—Alex entró a la sala VIP del club de striptease y vio a su madre de pie en un escenario privado vestida con lo que solo podía describirse como el atuendo más diminuto que había visto jamás. Tuvo que admitir que el cuerpo de la mujer era absolutamente perfecto, y la expresión avergonzada en su hermoso rostro era tentadora. Así que Alex se sentó en la silla forrada de cuero que estaba preparada para él, y abrió una cerveza mientras observaba a Diana desplazarse lentamente alrededor del poste.
En realidad, la mujer estaba completamente nerviosa. Nunca había hecho algo tan vergonzoso antes y quería más que nada detenerse ahora mismo. Pero su hijo la miraba con una mirada lujuriosa y, siendo honesta, eso la excitaba.
