Mientras Alex volvía a familiarizarse con su harén, Amahle estaba en la escuela observando a su última meta. Este no era un hombre al que tuviera intención de matar. Todo lo contrario, de hecho. Era un hombre al que pretendía reclutar para su causa.
Chad Whitmore era un prodigio atlético, de esos que tienen éxito en cualquier deporte que elijan. En muchos sentidos, era incluso más atlético que Alex. También era guapo y carismático. Lo que significaba que tenía un futuro brillante por delante y podía conseguir a la chica que quisiera.
Había solo un problema: alguien estaba interfiriendo con su destino. Últimamente Chad no había estado bien en el juego. Después de todo, le preocupaba la ruptura que había tenido con Emily, y el hecho de que Shasta ya no quería tener sexo con él debido a que había desarrollado una obsesión por otra persona. Naturalmente, Chad pensaba que Alex era el culpable. Después de todo, su vida solo comenzó a desmoronarse cuando ese mocoso regresó a Vegas.
