Inseguro sobre el precio de mercado de las manzanas, Howard solo pudo responder de manera indecisa a la declaración de la mujer.
Al notar la incertidumbre de Howard, la mujer rápidamente bajó su precio, diciendo —Puede llevarse una manzana por solo 2 monedas de bronce.
Howard, aparentando indiferencia, la observó de cerca, preguntándose si su falta de respuesta la motivaría a bajar aún más el precio.
Sin embargo, la mujer, aparentemente una comerciante experimentada, reconoció la táctica de Howard y afirmó con firmeza —2 monedas de bronce es el costo; no puede ser más bajo.
Howard rió y dijo —Está bien, sígueme al campamento, no tengo dinero encima en este momento.
La mujer titubeó, expresando su renuencia a entregar la mercancía en el campamento militar, temiendo que no le pagaran.
Howard notó la preocupación genuina en su expresión, adivinando que podría haber sido engañada en el pasado.