Mientras Howard contemplaba al Dragón Divino Oriental, se transformó en un rayo de luz dorada con un 'whoosh' y se sumergió directamente en él.
En ese instante, Howard sintió su sangre hervir, y en su mente, la sombra de un dragón divino dorado surgía.
Instintivamente, Howard quería resistir la presencia del dragón dorado, pero recordando la voz que acababa de escuchar, en cambio sosegó su alma.
Al momento siguiente, para asombro de Howard, encontró su alma fusionándose con la del dragón dorado.
Con un rugido poderoso, una luz dorada brotó dentro de los ojos de Howard.
Aplastando su pie derecho contra el suelo con un estruendo, una armadura comenzó a extenderse como oro líquido desde sus piernas hacia arriba.
Este espectáculo dejó incluso a Solyes boquiabierto, deteniéndolo en su camino.
¿Y aquellos detrás de él?
¡Quedaron completamente sorprendidos por la secuencia de transformaciones!