—¿Es usted uno de los estimados investigadores? —preguntó uno de los guardias en lo alto del cuartel general de Aegis.
Un hombre delgado y rubio asintió con una sonrisa. —En efecto. Se supone que debo venir aquí.
—Los demás ya están esperando allá —dijo uno de los guardias, señalando a un grupo de cuatro personas—. Debo disculparme, pero esta misión ha sido considerada muy importante, y debo pedirle que se identifique. Lamento las molestias.
—Oh, no hay problema —dijo el hombre rubio con una sonrisa nerviosa—. Entiendo. La seguridad es importante.
Al momento siguiente, el hombre rubio activó su Barrera.
La Barrera del guardia también se activó, y el guardia asintió. —Gracias por identificarse, señor Silver.
El señor Silver solo asintió antes de señalar torpemente al grupo de investigadores. —Entonces, ¿eso significa que puedo pasar ahora?
—Por supuesto, señor —dijo el guardia amablemente.
—Gracias —dijo el señor Silver mientras se dirigía al grupo.
